Matt Ridley, doctor en biología, autor de libros como Genoma y Qué nos hace humanos, inició su carrera aplicando modelos genéticos rígidos, para explicar el origen evolutivo de los comportamientos ético y sexual del ser humano, pero con el paso de los años, en sus obras fue encontrando un punto de comunión entre las posturas mencionadas en los artículos anteriores (Genes I y Genes II). Según Ridley, efectivamente el descubrimiento del genoma humano ha fortalecido la postura geneticista, pero no cerró el debate ni ganó la batalla, sino que ha pulido los argumentos de ambos extremos hasta llegar a un punto medio. Según sus propias palabras ¨ya no se trata de la naturaleza frente al ambiente, sino de la naturaleza por vía del ambiente. Los genes están concebidos para dejarse guiar por el entorno.¨
Los genes no son planes de acción determinados e inscriptos a fuego en la naturaleza individual de las personas, ni son solo portadores de la herencia. Su actividad dura toda la vida, y se activan y desactivan mutuamente, respondiendo al ambiente. Sin dudas los genes son quienes dirigen la construcción del cuerpo y el cerebro en el útero (aunque hay evidencia de la influencia del medio externo en el bebe en gestación), pero en respuesta a la experiencia se ponen inmediatamente a reestructurar lo hecho hasta el momento influenciado por el medio.

El polémico biólogo Lewontin aporta en su libro El Biólogo Dialectico (escrito junto a Levins) unas ideas interesantes acerca del reduccionismo biológico, que termina en una concepción determinista de la naturaleza permitiendo la manipulación de la ciencia a favor de los intereses de la ideología dominante. La búsqueda de explicaciones generales está condenada al fracaso por la enorme heterogeneidad de los sistemas biológicos, ya que esto no permite determinar fehacientemente cuales son las partes que integran un fenómeno en particular, y ya que la dinámica de esos sistemas biológicos esta regida por la acción de numerosas fuerzas individuales que dificulta discriminar causa y efecto.
La concepción reduccionista de analizar los aspectos determinates del rendimiento deportivo por separado es la que ha predominado a la hora de analizar el deporte y el movimiento. Mas allá de que se propongan alternativas holísticas que integren las partes, la concepción dominante es la visión cartesiana que concibe al organismo como un todo constituido por diferentes partes.
En los últimos años se comenzó a comprender al ser humano como un sistema dinámico complejo, el cual se adapta continuamente a las relaciones que genera con su entorno, que aprende y que se relaciona a través de él. Desde este punto de vista, ya no se centra en la reducción del/los sistema/s en componentes mas pequeños, sino que se enfoca de forma integral centrándose en los principios básicos de su organización.

Una pequeña sección de un sistema biológico. Cada sistema comprende una intrincada red de caminos más pequeños, cada uno con su propio nivel de complejidad. (Mathworks.com)
Estos sistemas están altamente integrados y están hechos por muchas partes que interactúan, cada una de las cuales es capaz de afectar o modificar a otras partes. Se trata de sistemas con muchos componentes que interaccionan entre sí mediante el intercambio de fuerzas o información y, eventualmente sufren la acción de agentes externos. La comprensión será a partir de su totalidad y los niveles de dependencia entre los elementos variarán en función del tipo de sistema al que se haga referencia, resaltando la importancia del todo y de las redes de relaciones
Estos sistemas complejos comparten algunos atributos fundamentales (Davis, Button y Bennett, 2008):
- Muchos grados de libertad independientes y variables
- Muchos niveles diferentes en el sistema (p ej: hormonal, biomecánico, psicológico, etc)
- Potencial para un comportamiento no lineal, ya que sus partes componentes pueden interactuar de muchas maneras diferentes
- Capacidad de auto-organización para dar la mejor respuesta posible en base a la información recibida
- La habilidad de los subsistemas de limitar o influenciar el comportamiento de otros subsistemas
Cuando uno observa los componentes de un sistema complejo se ven interacciones y fluctuaciones constantes; esta interacción pareciera ser al azar, pero sin embargo en una visión macroscópica el funcionamiento es un patrón coordinado. Estos sistemas dinámicos pueden adoptar diferentes estados de organización, en donde el estado estable y funcional de organización (sin caos) se denomina atractor, por ejemplo en un péndulo, el atractor seria la posición vertical y sin movimiento, mientras que para sacarlo de ese estado se necesita una fuerza que lo desestabilice y lo haga fluctuar.
Los sistemas dinámicos buscan modos de comportamiento preferidos siempre en función de las interacciones entre sus componentes internos y la sensibilidad a las condiciones externas. No hay códigos ni programas, y bajo diferentes condiciones los componentes pueden organizarse formando otros patrones estables.

Nikolai A. Bernstein, uno de los mas brillantes fisiólogos del siglo pasado, el cual creo los cimientos de la biomecánica del movimiento moderno y las principales teorías del control motor, estudió la complejidad de las acciones motoras coordinadas intentando reducir las dimensiones del sistema. Por su gran cantidad de dimensiones a estudiar, el cuerpo humano debía reducirse a un sistema caracterizado por patrones estables de coordinación. Los movimientos ocurren, por los desequilibrios de los cambios en las tensiones musculares, pero sin una relación especifica entre ellas. Los movimientos del cuerpo provocan consecuencias mecánicas en el sistema físico. Estas fuerzas contribuyen e influyen en todos los movimientos mientras están sucediendo y constituyen un campo de fuerzas en continuo cambio.
Estos atractores (o patrones) poseen cierto grado de inestabilidad, mayor o menor, que va a estar determinado por la forma y profundidad de lo que se denomina cuenco del atractor. Generalmente en un espacio de fase existen varios atractores y cuencos y el espacio que separa estos cuencos se denomina separatriz o transición de fase. Podemos ver en el gráfico siguiente diferentes grados de estabilidad.

Los estados estables surgen bajo ciertos condicionantes (constraints), que son las numerosas variables que definen un espacio de fase del sistema. Es decir que limitan o posibilitan el numero de trayectorias o comportamientos posibles que el sistema puede adoptar.
A la hora de construir una teoría válida para el rendimiento y perfeccionamiento deportivo se debe considerar las propiedades tanto del organismo como del medio ambiente. Desde esta perspectiva hay tres fuentes de condicionantes: el organismo, el medio ambiente y la tarea (Newell, 1996). El organismo tiene múltiples condicionantes estructurales y funcionales (bioquímicos, neuronales, anatómicos, etc.) al igual que el medio ambiente que tiene condicionantes generales (temperatura, presión, gravedad) y locales (por ejemplo, los implementos deportivos). Los condicionantes de la tarea incluyen el objetivo de la acción y las reglas que guían esa acción. Estas tres fuentes de condicionantes proveen un marco dinámico de limitaciones.

Los condicionantes de la tarea son percibidos por el individuo como una consecuencia de la interacción natural del organismo con el medio. Con su teoría ecológica, Gibson (The Ecological Approach to Visual Perception, 1979) produjo un gran impacto dentro de las teorías clásicas de la percepción; descubrir en el entorno las diferentes oportunidades ambientales, atributos o posibilidades (lo que el autor denomina affordances). La información que proviene del medio ambiente no se construiría internamente a partir de las sensaciones que se reciben del entorno, sino que más bien uno percibe directamente el significado del patrón de estimulación ambiental en forma de affordances. Estas oportunidades son propiedades invariantes de los objetos que informan sobre sus posibles usos y funciones. Percibir las ofertas del ambiente es percibir cómo interactuar con él o, dicho de otra manera, lo que se puede o se ha de hacer en un entorno determinado.
La interacción en el sistema neuromuscular de los condicionantes (orgánico, ambiente y tarea) resulta en diferentes estados de coordinación que pueden ser optimizados por la práctica y el entrenamiento. Por ejemplo, como un escalador experimentado resuelve una ruta es consecuencia de muchos condicionantes al mismo tiempo, incluyendo sus genes, los niveles de resistencia, sus lesiones previas, la naturaleza del terreno o recorrido, y sus objetivos, superar un paso, encadenar, hacerlo lo mas rápido posible, etc.

La escalada deportiva podría verse como una actividad de predominancia técnica, donde la habilidad de escalar una ruta o problema de Boulder esta basada en cuán efectivamente el escalador pueda coordinar el comportamiento perceptual y motor para sobrellevar los condicionantes que interactúan en el rendimiento. En 2015, Orth, Davids y Seifert, tres de los investigadores mas involucrados en el aprendizaje de la técnica en escalada, realizaron una revisión bibliográfica cuyo objetivo fue proporcionar una descripción general de las limitaciones de la coordinación de los escaladores experimentados en escalada.
La adquisición de habilidades involucra adaptaciones en las características funcionales y estructurales de un individuo en relación a los factores que influencian la coordinación durante la practica o el rendimiento. Los condicionantes que interactúan en la escalada involucran al individuo, como su envergadura, fuerza y recuperación de los flexores de los dedos, a la tarea como puede ser la velocidad de desplazamiento requerida, ir de primero o en top-rope, y el entorno, definido por las características de las presas, la inclinación de la pared, etc.
Los autores concluyeron que los escaladores de mayor nivel tienen una clara ventaja en la detección y uso de las oportunidades que brinda el medio cuando visualizan la ruta desde el piso y aun mientras están escalando Además, las adaptaciones perceptivas y motoras que mejoran las medidas de fluidez de escalada, en las dimensiones espacial y temporal se relacionan con un mayor nivel de habilidad al igual que la posición de las manos, las extremidades y la postura en relación a la pared.
Pequeños cambios cuantitativos en algún parámetro de los condicionantes puede llevar a cambios cuantitativos y cualitativos en el movimiento producido y en el resultado de la acción. La aproximación ecológica a la percepción del ambiente y la acción puede ser vista como el descubrimiento de las leyes dinámicas que organizan la información y el movimiento. Hay que entender el ser humano como un sistema dinámico complejo, que se adapta continuamente a las relaciones que genera con su entorno, que aprende y se relaciona a través de él.

Referencias:
Bernstein, N. A. (1996). Dexterity and its development. (M. L. Latash & M. T. Turvey, Eds.). New Jersey: Psychology Press:1996.
Davids, K., Button, C., & Bennett, S. (2008). Dynamics of skill acquisition: A constraints-led approach. Human Kinetics
Gibson, J. J. (1979). The ecological approach to visual perception. Boston: Houghton Mifflin.
Lewontin, R. y Levins, R. (2015). El biólogo dialéctico. Buenos Aires, Argentina: RyR.
Newell KM. (1996). Change in movement and skill: Learning, retention, and transfer. In: Latash ML, Turvey MT, editors. Dexterity and its Development. New Jersey: Psychology Press:1996. p. 393-429.
Orth, D., Davids, K., & Seifert, L. (2016). Coordination in Climbing: Effect of Skill, Practice and Constraints Manipulation. Sports medicine (Auckland, N.Z.), 46(2), 255–268. https://doi.org/10.1007/s40279-015-0417-5
Renshaw, I., Davids, K., Newcombe, D., Roberts, W. (2019). The Constraints-Led Approach. London: Routledge
Ridley M. (2004) Qué nos hace humanos. Taurus Ediciones, SA, Madrid, 2004.
Torrens C. (2005) La teoría de los sistemas dinámicos y el entrenamiento deportivo. Unpublished. Doctoral dissertation, 2005. INEF. Barcelona.
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